En su calidad de líder moral fundador del Partido Movimiento de Regeneración Nacional, Andrés Manuel López Obrador investirá candidato presidencial a la corcholata que tenga a bien elegir. La participación de tres de ellas en el juego y rejuego que él controla a placer, le facilitará imponer a su preferida, sea #Claudia o #AdánAgusto. Una de ellas le levantará feliz la mano a la que resulte elegida. La otra, #No es Marcelo, podrá hacer gestos y berrinches para luego aceptar un buen reintegro o cambiar de aires partidistas como suele suceder, pero palo dado nadie se lo quitará. ¿O sí?

Disciplinado hasta la ignominia y convencido de que la esperanza muere al último, la corcholata Marcelo Ebrard Casaubón se enfila al matadero que para él serán las dichosas encuestas cuyos resultados ya conoce de antemano el gran tallador de la baraja morada, Andrés Manuel López Obrador. La estafa maestra está más que cantada, así la corcholata de relleno que es Marcelo se empeñe en seguir soñando que la luna es queso. Le pasará lo mismo que a los incautos que en las ferias caen en las garras de los tahúres del juego de la bolita. Advertido están ¡De nada¡

Afirman quienes aseguran saber el teje 4trero, que a #EsClaudia la respalda a morir el poder tras el trono presidencial que es Andrés Manuel López Beltrán, y a #AdánAgusto su paisano, contemporáneo y compañero de muchos años de grilla, Andrés Manuel López Obrador, todavía Presidente de la República, mientras que a Marcelo no lo quieren, le hacen el feo, a pesar de lo cual continúa en el juego y rejuego orquestado por el poderoso prestidigitador que lo engañará con su bolita.

Si Ebrard se somete a la simulación de las encuestas y resulta eliminado como es previsible, no tendrán derecho al pataleo. Si decide brincar las trancas después de su previsible derrota en la contienda interna morenista con dados cargados, sus vencedores lo tildarán de mal perdedor, traidor a la Patria y a la causa 4trera, conservador, porfirista, neoliberal, oligarca, enemigo de la democracia y otras linduras. No le vale abrirse a “La Chingada”, el rancho chiapaneco presidencial. Ejemplos de los desenlaces que han tenido las contiendas partidistas internas para designar candidatos, hay muchos, entre ellos, la del Partido Revolucionario Institucional en Colima del año 2002 para las elecciones de 2003, evento en el que la participación de media docena de candidatos le facilitaron al tallador de la baraja, al dueño de la mesa, imponer a su preferido. Lo mismo sucederá en la presidencial interna de MORENA que con tres corcholatas participantes le facilitará la imposición de su santa voluntad al dueño del negocio Andrés Manuel López Obrador.

La permanencia de Marcelo en el concurso amañado de las tres corcholatas presidenciales hasta el anuncio de la ganadora, dejaría entrever que participa en el mismo para ganarse el derecho a contender por la jefatura de gobierno de la ciudad de México o una senaduría por la cómoda y segura vía plurinominal cuya lista encabezaría.

Tiempo y oportunidad habrá de ver el más que previsible desenlace de la competencia de tres corcholatas en la que dos de ellas, #EsClaudia y #AdánAgusto son los consentidos del profesor, quienes realmente pueden alzarse con la ansiada candidatura presidencial por el Partido Movimiento de Regeneración Nacional, que habrá de conocerse el otoño próximo.

EL ACABO

*“Voy a participar en la encuesta, voy a ganar la encuesta y vamos a hacer todo lo que he dicho”, jura y perjura Marcelo Ebrard Casaubón. Tiempo y oportunidad habrá de constatar en los hechos lo que líneas arriba se apunta.

*Una cosa es la convicción de ganar auto motivado por el grito “sí se puede”, y otra, muy diferente, la seguridad de obtener la victoria en la contienda morenista presidenciable que es simulación clara y pura. ¿O no?

*La cargada a favor de la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México está a todo lo que da, claro indicador de que el dedo y la línea presidencial están con ella.