balvanero@gmail.com / @Balvanero.B“
Hay mujeres que luchan un día y son buenas.Hay otras que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenas. Pero las hay que luchan toda la vida: esas son las imprescindibles”. Con el permiso de Bertolt Brecht.
Como ave tomando el vuelo, dijo Tina Nava entre otras muchas cosas, en la despedida-homenaje a Carmen Nava. La familia compartió, como un regalo, momentos íntimos, chispazos de sus encuentros y convivencias, esa otra faceta de Carmen en su entorno familiar, se agradece.
Muchas personas, mujeres en su mayoría, reunidas en torno al legado de Carmen, ante su ausencia física, ante su muerte. Esa vida fecunda en luchas y rebeldías, en críticas y propuestas, en desafíos, retos, logros y también, por supuesto, decepciones.
El tiempo pondrá en su justa dimensión lo que aportó Carmen y las mujeres con quienes se acompañó, allá a finales de los 70s, al mirar y mirarse, observar su entorno, las condiciones de las mujeres y no estar de acuerdo.
Seguramente, en su análisis estuvo la pregunta ¿por qué?: ¿Por qué las situaciones de desigualdad?, ¿por qué la “ropa sucia” se lava en casa?, ¿por qué la violencia sistemática, permitida, solapada, incitada hacia las mujeres?, entre muchas otras. Pero también otra pregunta fundamental: ¿qué se puede hacer? ¿cómo se puede reconstruir otras maneras de ser mujeres?. Una mujer inquieta, de mirada aguda, hablar pausado y pensamiento incesante fue Carmen.
Supo ver por las demás, supo hacer por las demás, supo convocar y hacer camino andando.Obviamente hubo cansancio, fatiga, desánimo, normal ante el tamaño de los ideales y la terca realidad. Pero ahí, precisamente, están las mujeres imprescindibles, como dice Bretch: en seguir adelante por las convicciones, por los ideales, por las utopías.
Conocí a Carmen, a Tina y muchas otras mujeres del CAM, al ser invitado a compartir las cifras, los datos del INEGI. Deseosas estaban de fundamentar lo que cotidianamente atendían: la violencia hacia las mujeres.
Celebraron la primera ENDIREH y fueron usuarias y críticas de sus cinco ediciones: desde la del 2003, hasta la más reciente, 2021. No solo esa encuesta, todos los programas que dieran luz sobre las problemáticas que atendían en el CAM. Acudí una primera vez y he seguido su camino desde entonces.
El primero siempre lo será, y el Centro de Apoyo a la Mujer Griselda Álvarez AC, es el pionero en instituciones de su tipo en el país, consolidado por años de atenciones, talleres, conferencias, metodologías, de mover y transformar vidas. Este 2023, en octubre, será el 40 aniversario.
Verdad es que en los últimos años este centro ha visto amenazada su permanencia por la falta de presupuesto; fue -es- la preocupación y ocupación del personal del CAM, de la Asociación, de sus usuarias y de buena parte de la sociedad. El aporte del CAM, a Colima y a México, es indiscutible.
Carmen no está con nosotras, con nosotros, pero su legado sí.