¡Qué estés bien! Frase usada para despedirse

Estar bien, palabras que tienen muchas implicaciones: un deseo -para sí y para otras personas-, una afirmación, una esperanza.

Tan subjetivo como cada persona, el estar bien transita en un amplio espectro de posibilidades, desde materiales a inmateriales.

Para una persona, esa sensación, puede estar relacionada con un libro, una compañía, la soledad, un viaje, un abrazo, en fin.

Hay esfuerzos internacionales por medir, no solo el bienestar, sino la felicidad. La ONU, por ejemplo, creo el Informe Mundial de la Felicidad en base a las variables: ingresos, libertad, confianza en el gobierno, esperanza de vida saludable, apoyo social y generosidad.

En el informe 20232los tres primeros países son Finlandia, Dinamarca e Islandia. De hecho, la misma ONU propuso el 20 de marzo como el día internacional de la felicidad. En nuestro país, el INEGI no mide la felicidad, mide el bienestar, y le agrega subjetivo, en el entendido que dichos resultados tienen que ver con esa condición.

No es fácil esta medición, sólo mencionar que el estudio piloto, el INEGI lo hizo en el 2012, hace ya 11 años. Y, a partir del 2013 el levantamiento se conoce como BIARE Básico, los datos del 2023 se acaban de publicar. Son tres dimensiones las que se exploran: balance anímico, nivel de satisfacción con la vida en general -y con ámbitos específicos de la misma-, y nivel de eudemonía o bienestar espiritual.

A nivel general, el balance anímico, en enero de este año, fue de 6.5, varones ligeramente superior 6.8 y mujeres 6.2En cuanto a satisfacción con la vida, se obtuvo un 8.4, mismo dato que el de enero del 2022. En este BIARE Básico 2023, hay mucho para el análisis, por rangos de edad, por sexo y por las tres variables señaladas anteriormente.

Necesario para que quienes toman decisiones lo analicen, lo tomen en cuenta, se cuestionen sobre sus políticas públicas.

En este contexto, también es importante que nos preguntemos, cada una y cada uno, ¿cómo nos sentimos? ¿cómo estamos? Y que la respuesta no sea el “bien” en automático que se genera cuando se nos cuestiona. Sino en verdad, cómo me siento y por qué. La vida es una, no hay otra, es en el aquí y en el ahora que ésta debe tener sentido.

Para que cuando llegue la pregunta -¿cómo estás?, tengamos una respuesta aterrizada en nuestra propia realidad.