Antes de la campaña del 2021, en el municipio de Comala todo comalteco que se preciara de conocedor del ambiente político daba por sentado que el ganador de la presidencia municipal se la llevaría de calle el que fue el abanderado de Morena y partidos aliados a ese cargo de representación popular. Las encuestas así lo hacían saber en ese momento, una percepción que tomaba más sentido porque tenía el apoyo y la simpatía del alcalde panista en funciones, Donaldo Zúñiga, que a la mitad del camino se quitó la chaqueta blanquiazul y se puso la guinda sin siquiera despeinarse.
Nadie se imaginaba que el triunfo se lo llevaría el panista Felipe Michel Oficial, apoyado por la Alianza Va por Colima (conformada por PRI, PAN y PRD), un político sin mucha experiencia, pero al mismo tiempo que participó sin malicia y ganó en las urnas en buena lid, pese a la traición de su ex correligionario Donaldo Zúñiga. El caso es que, a un año de haber obtenido el triunfo, se hace muy evidente la actuación abusiva y gandaya de uno de sus colaboradores de primer nivel de la administración municipal: Miguel Martínez Ramírez, que tiene el nombramiento de director de Obras Públicas y Desarrollo Urbano.
El problema con este tipo no es sólo que fue designado en un lugar estratégico, a pesar de su mala fama pública, sino el hecho de ser una imposición de Jorge Luis Preciado Rodríguez en la administración que encabeza Felipe Michel, pues éste ni siquiera es su amigo. Lo peor de todo es que gente como Miguel Martínez son de los que pueden causarle problemas políticos futuros por la forma en la que se ha venido desempeñando en su cargo de director de OPDU del Ayuntamiento de Comala. ¿Qué es lo que pasa con este individuo, que responde más al rey de las plurinominales, personaje que es de su misma calaña?
Bien: lo cierto es que Miguel Martínez está causando problemas que podrían costarle muy caro al presidente municipal desde la posición en la que fue colocado. Así, pues, lejos de ser recíproco con los empresarios que apoyaron en la campaña al entonces candidato (su jefe político formal), que lo menos que podrían esperar es que se les permitiera participar en las licitaciones de obras que se llevan a cabo en Comala, el funcionario se está beneficiando directamente del cargo al asignarle solamente obras a empresas de algunos personajes ligados a él, lo que es un evidente conflicto de interés que sanciona la ley.
No tiene ninguna justificación Miguel Martínez al estarse beneficiando de su cargo, pero lo peor es que ni siquiera hace los trabajos bien, sino que entrega obras mal hechas a los comaltecos, lo que afecta al presidente municipal, que es el principal responsable de la administración municipal y de todo lo que ahí suceda, quien de esa manera está poniendo en riesgo la posibilidad de su reelección al cargo para el 2024. Peor: si mucho me apuran, el alcalde se expone a tener que enfrentar denuncias por actos de corrupción ante las instancias responsables de combatirla.
Por tanto, lo más sano para Felipe Michel y la administración que encabeza es deshacerse de ese lastre que es sinónimo de irregularidades. Hay tiempo para echarlo de un cargo en el que sólo va a seguir causando daño, especialmente al presidente municipal, en virtud de que Miguel Martínez responde a los intereses de Jorge Luis Preciado. Y el problema es que, en un momento dado, por las broncas causadas por algunos que rodean al alcalde, éste es el que va a tener que dar la cara sin deberla ni temerla. Así, pues, aún es tiempo de evitar que en el hermoso municipio de Comala las cosas pasen a mayores. La solución la tiene en sus manos Felipe Michel, que no merece tener ese tipo de gente a su alrededor.
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Con esta columna de culto de hoy viernes 30 de diciembre cierro lo que será un dinámico fin de semana y un 2022 que, parafraseando al brillante ensayista, poeta y Premio Nobel mexicano Octavio Paz, fue un año axial, pues diferentes entidades de la geografía nacional, mayoritariamente con gobiernos de Morena y de sus aliados, fueron escenarios de una violencia descomunal, incluido el otrora pacífico y seguro Colima que ya no es de los colimenses, sino del crimen organizado que actúa impunemente y a plena luz del día.
Si bien el año que se aproxima se antoja difícil por la irresponsabilidad de algunos gobiernos criminales que no hacen nada para evitar tanta muerte, supuestamente porque la estrategia de “abrazos, no balazos” está dando buenos resultados, hay que desear fervientemente que 2023 nos traiga la paz y la tranquilidad que hoy se han perdido en todo el país, especialmente en el Colima que amamos porque es en el que vivimos con nuestros amigos y nuestros seres queridos.
De todo corazón, mis deseos son que 2023 sea mejor que lo que fue 2022. Aquí nos leemos el martes 3 de enero en la imprescindible página PXPress. ¡Feliz año nuevo para todos! LEER MÁS
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