Desde su creación, la Secretaría de Seguridad Pública del Estado de Colima ha estado en manos de militares, sin que los bienes y las personas de los colimenses hayan gozado hasta ahora de una protección integral y efectiva ante los embates de la delincuencia organizada, sino todo lo contrario. La militarización de la seguridad pública en Colima no ha dado resultados, a pesar de lo cual los gobernadores en turno, incluida la morena Indira Vizcaíno Silva, no dieron ni da sus brazos a torcer.

Ella lleva ya su segundo marinero al hilo, el Capitán de Navío Héctor Alfredo Castillo Báez, quien sustituye a su camarada de arma, Manuel Llerandi Ruiz, cuya mayor aportación en los diez meses que cobro como tal, fue el haber descubierto la existencia del Cártel Colima y la técnica ‘catapulta’ para hacerles llegar des el exterior armas y celulares a los internos del Centro de Reinserción Social de Colima (CERESO).

Los 32 años de Llerandi Ruiz como integrante de la Infantería de Marina y de la Unidad de Fuerzas Especiales y de Fusileros Paracaidistas, estudios en Ingeniería en Hidrografía en la Escuela Naval Militar, reconocimientos, condecoraciones y menciones honoríficas por su trayectoria, nunca jamás se vieron reflejados en una mejora de la seguridad pública en el estado, como tampoco la acreditaron sus antecesores provenientes de la misma Secretaria de Marina, a pesar de lo cual el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, le sigue sugiriendo a los gobernadores de los estados “consultar el nombramiento de los titulares de Seguridad con la Secretaría de la Defensa y la Marina, para que elijan personas honestas e íntegras”.

¡No pos ‘sí¡ “Es para mí un honor haber sido distinguido con el cargo de secretario de Seguridad Pública, agradeciendo la confianza depositada por la gobernadora del estado de Colima. Este nombramiento representa un reto importante en mi trayectoria profesional, ya que me da la oportunidad de servir a la sociedad en general, motivo por el cual daré el mejor de mis esfuerzos para lograr que exista la seguridad, la paz que merecen y demandan las y los colimenses.

La estrategia de seguridad para el estado de Colima ya existe, fue desarrollada por la gobernadora, en coordinación con las autoridades federales, y está plasmada en el Plan Estatal de Desarrollo 2021-2027”, expresó en su toma de posesión Héctor Alfredo Castillo Báez. Plausible que el Capitán Héctor Alfredo considere su nombramiento “honor, reto, oportunidad y compromiso a esforzarse al máximo”, pero con la misma estrategia dizque para “fortalecer la detección oportuna, la justicia y coordinación, presencia policial, y el sistema estatal penitenciario”, no llegará muy lejos porque la militarización de la seguridad pública, históricamente repudiada por la izquierda, más que probado está, ni sirve ni funciona. ¿O sí? La entrega de la seguridad pública estatal a elementos del Ejército y de la Marina Armada de México, dizque “para que se tengan personas honestas, integras, honestas, incorruptibles y que se evite lo que era muy común antes: que la delincuencia tenía el control de las policías en los estados, en los municipios”, como sentenció inapelable AMLO, sólo ha servido para que los gobernadores evadan su responsabilidad directa e intransferible, de proteger la vida y los bienes de los ciudadanos.

EL ACABO

*La violencia en Colima no cede, pero según Castillo Báez, no hay necesidad de cambiar la estrategia Indirista de seguridad porque funciona y sólo se requiere hacerle unos cuantos ajustes para perfeccionarla. En tanto, las balaceras siguen en todo lugar y a cualquier hora del día y de la noche, quizá porque los violentos no se han dado cuenta todavía de que Colima tiene ya nuevo Secretario de Seguridad Pública.

*Lo que la Mesa de Coordinación Estatal para la Construcción de Paz y Seguridad de Colima informó sobre el incidente con detonaciones de arma de fuego registrado en la colonia Lomas de Vista Hermosa unos 15 minutos ante de las 15 horas del lunes 3 de octubre de 2022, no coincide en lo absoluto con lo que registraron los videos ampliamente difundidos a través de las redes sociales. ¿O sí?

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