De la violencia que en el estado se disparó incontrolable en febrero anterior a ciencia y paciencia de la inoperante “Mesa de Coordinación Estatal para la Construcción de la Paz y Seguridad en Colima” que no ha podido garantizarles a los colimenses los mínimos de tranquilidad y sosiego para vivir sin sobresaltos y desarrollar sanamente todas sus actividades. Nadie está a salvo en ningún lugar ni a ninguna hora, del día o de la noche, de la delincuencia mejor organizada y más efectiva que el gobierno 4trero de la esperanza y la fe perdidas que sólo atina a culpar de su falta de su incapacidad de respuesta y carencia de resultados, a sus antecesores.

Nadie ni nada en “Nuestra Colima” está a salvo de robos, asaltos, desapariciones, asesinatos y demás, en hogares, transporte público y privado, automóviles, escuelas, iglesias, bancos, tiendas de autoservicio, empresas, carreteras y vía pública urbana, sean hombres, mujeres, jóvenes, niños, adultos mayores, discapacitados, estudiantes, profesores, directivos y trabajadores, como, por ejemplo, los dos jóvenes preparatorianos de la Universidad de Colima que fueron masacrados cuando se encontraban conversando en su automóvil estacionado. Ellos tuvieron que correr la misma suerte que cientos de víctimas de la delincuencia organizada, para que Casa de Estudios su Universidad se pusiera las pilas y pronunciara al respecto.

Uno de ellos lamentablemente murió y el otro se debate entre la vida y la muerte por los balazos recibidos de los despiadados sicarios que “también son seres humanos” a los que hay que abrazar y redimir con la lectura de libros como prescribe la Escritora, periodista, profesora e investigadora, Beatriz Gutiérrez Müller, esposa de ya saben quien. Abrazos y libros es la gran solución 4trera. ¿O no? “Como institución educativa, manifestamos nuestro dolor, indignación y preocupación por las expresiones de violencia que prevalecen en nuestra entidad, por lo que exhortamos respetuosamente a las autoridades competentes, a que se investigue y esclarezca lo acontecido hoy en contra de estos dos jóvenes”, condenó el lamentable hecho la #Comunidad U de C. que había permanecido silente durante los siete meses anteriores que registran ya más de seiscientos cristianos asesinados, sin mencionar los muchos desaparecidos, incluido casi un ciento de mujeres.

Nadie en su sano juicio desea que la Universidad de Colima se enfrente al Gobierno del Estado como sucede en Jalisco donde la Universidad de Guadalajara y el gobernador emecista Enrique Alfaro Anguiano siguen trenzados de las greñas, pero sí que se solidarice con la sociedad abandonada a su mala suerte por los funcionarios públicos responsables de su seguridad y bienestar que, más que probado está, no pelan un chango a nalgadas. La Universidad de Colima, al igual que todas las instituciones y organizaciones gremiales, debe involucrarse más, “desde su trinchera”, en el planteamiento de soluciones a la violencia imperante en el estado, entre ellas la atención debida a las carencias sociales que la propician (falta de oportunidades educativas, culturales, deportivas y laborales) , como todos los días predica el presidente de la República Andrés Manuel López Obrador desde su púlpito mañanero.

Plausible la disposición de la comunidad de la Universidad de Colima a trabajar desde su trinchera “para abonar en las acciones encaminadas a la reconstrucción del tejido social”, empezando por darle al deporte estudiantil la misma atención que a sus tareas académicas. Más que respaldar equipos profesionales de fútbol, por ejemplo, debe profesionalizar la gestión del deporte y proveer los recursos presupuestales necesarios y suficientes para promoverlo integralmente. Está bien que la U de C suscriba convenios de colaboración mutua con la administración estatal y las mundiales, con otras instituciones, gremios y todo tipo de organizaciones, pero también debe ocuparse de planear y convenir acciones concretas para fortalecer en serio y a fondo la práctica del deporte que es vital para el desarrollo armónico de sus estudiantes que la truncan simple y sencillamente porque no les brinda el ambiente propicio para continuarla.

EL ACABO

*El deportista Rector de la Universidad de Colima, Cristian Torres Ortiz Zermeño, lleva ya poco más de un año y medio en el cargo, y el deporte estudiantil sigue tan abandonado como lo recibió de su antecesor en el cargo. Ya es tiempo de que dé color en este importante rubro. Todo es cuestión de que se lo proponga y le invierta tiempo, inteligencia y dinero. ¿O no?

441 vez compartidoMe gustaComentarCompartir