El pasado 10 de agosto se dio la elección para nombrar al próximo líder sindical de los trabajadores al servicio del gobierno del Estado y, para sorpresa en realidad de muy pocos, el triunfo (de suyo arrasante) se lo llevó Martin Flores Castañeda, quien ya venía fungiendo como tal.
La reelección de Flores Castañeda no se dio nada fácil y estuvo rodeada, según lo acusó el propio sindicalista, de intervencionismos internos y externos y hasta de amenazas de muerte, pero su reelección (que obtuvo casi el 95% de los votos) ha corroborado que el trabajo de Martin Flores ha sido bien recibido por los agremiados.
Más de 2,700 votantes volvieron a darle la confianza a Martin Florea para que siga al frente de un sindicato poderoso y que a lo largo de los últimos cincuenta años ha conseguido conquistas importantes, las cuales parece que ahora le hacen un poco de crisis en virtud de la situación económica por la que atraviesan las arcas estatales. En medio de lo que parece una real confrontación entre el líder sindical y la gobernadora Indira Vizcaino, apenas subirse al estrado y recibir la constancia de su triunfo, Martin Flores llamó a la unidad sindical (incluso a la de su oponente) y pidió a la gobernadora audiencia para seguir tratando el tema prioritario del sindicato: el aumento salarial. Martin Flores le mandó decir a la gobernadora que lo recibiera a él o de lo contrario los tendría que recibir a todos para darle cauce final a su petición de salario y además oponerse a la desaparición del Ipecol.
Con el triunfo aplastante, el ahora líder sindical reelecto parece que ha recobrado la confianza y se le ve echado pa’ delante para defender a sus agremiados, situación que la gobernadora tendrá que saber manejar muy bien para evitar un choque de trenes a una administración que parece enfrentar una serie de crisis (la de salud, la de inseguridad, la financiera, etcétera) que le están complicando las promesas de transformación radical de nuestra entidad.
Si ya vino a Colima el secretario de gobernación a prácticamente advertir que la petición del aumento salarial del 7% era imposible, lo que tendrá que hacer la gobernadora Indira Vizcaíno es buscar una nueva forma de consenso para evitar un desgaste más tanto de la organización sindical como de su gobierno, pues entre más fricciones y confrontaciones haya, más sale perjudicada la propia ciudadanía. Ojalá que el cauce señale un rumbo distinto de los acontecimientos, en donde, por el contrario, todos salgamos ganando.