Dos temas con un denominador común (los cuatroteros del indirato) abordaré por esta ocasión en esta columna de culto: el de la lista negra no oficial de personajes investigados por la UIF, así como la actitud cobarde del impresentable diputado tecomense Armando Reyna Magaña. Adelante, pues, con los faroles.
1.—La versión no oficial de la lista negra del indirato, en la que supuestamente aparecen los nombres de políticos, empresarios y periodistas que resultarían incómodos para los nuevos ricos del poder en Colima, es un aviso sí oficial del Gobierno del Estado para que esos le bajen a los ataques en contra de la propia Indira Vizcaíno Silva y su chiquigabinete de vacilada, el peor de todos en los casi 500 años de historia colimota.
La mejor prueba de que algo se estaría cocinando es que la misma Indi admite que esa no es su lista, pues se entiende que en la suya se amplía el número de los nombres. En lo que pudiera ser un comentario ingenuo de la #GobernadoraAltozano, pero que en realidad es el reconocimiento a la existencia de una lista de validez oficial de personajes que estarían siendo investigados por la UIF (Unidad de Inteligencia Financiera), a cargo del Jorge Negrete de la política izmierdera de México, Pablo Gómez Álvarez, el indirato estaría admitiendo que realmente podrían estar en capilla políticos, empresarios y periodistas colimotes, no necesariamente los mismos, pero sí la mayoría de los citados, por dizque resultarle incómodos. Es una velada amenaza, aunque sin ninguna convicción por cumplirla.
En la lista hay personajes que es obligada su investigación, como el caso de los exgobernadores de la era neoliberal, esa mamada de terminajo utilizado hasta la náusea por el obradorato; empresarios, donde al menos aparecen tres angelitos: Rafael Ratael el Carnicero de Lyon Gutiérrez Villalobos, Jesús Chucho el Rata Orozco Alfaro y el empresario del periodismo y antiguo dueño de la Jaula de las Locas, Héctor Tacones Lejanos Sánchez de la Madrid, aunque no creo que haya comunicadores que ameriten que les hurguen en sus finanzas personales los cancerberos de la UIF; no, al menos, de los mencionados en la lista negra no oficial del indirato.
De la lista negra no oficial hay la certeza de que varios no tienen nada que hacer ahí, pero cuando menos sí hacen falta añadir dos nombres: Indira Vizcaíno y el impresentable Vladimir el Caquitas Parra Barragán, personajes que, incluso, se encuentran envueltos en el mismo escándalo de corrupción: el robo por más de un año de dinero destinado al programa federal insignia denominado Jóvenes Construyendo el Futuro (de Indira y Vladimir, habría que agregar). Por separado está el tema del pomadoso fraccionamiento Altozano (de los millonetas empresarios Brun) que se relaciona con ella, así como el uso dado a vehículos del crimen organizado a nombre del hoy director de la Ciapacov.
Digo: si realmente se le quiere hacer un bien a los colimenses, lo ideal sería que fuera pareja la esculcada de dinero mal habido entre personajes de dudosa reputación; sin embargo, sería pecar de ingenuo creer que el indirato se va a hacer el harakiri. En este sentido, la lista negra no oficial del indirato no pasa de ser el típico petate del muerto para asustar incautos. Así, pues, no se va a actuar contra nadie, sino que se trata del simple aviso para que no le muevan en sus críticas y ataques que socavan y vulneran legitimidad de la Gobernadora Altozano y su chiquigabinete de vacilada.
El ir en contra de todos, en realidad, no entra dentro de los planes de este gobierno corrupto, mediocre e inútil. 2.—Tuvieron que pasar seis días para que el diputado morenaco Armando Reyna Magaña saliera a dar la cara públicamente por su hijo (mayor de edad), sujeto que conducía borracho y atropelló a un taxista, quien murió a causa del accidente. El tribuno saltó no a aceptar ninguna responsabilidad ni culpa de su retoño, sino a demostrar que forma parte de una élite que tiene el poder y que, por lo tanto, él y el junior no sufrirán consecuencias por un asesinato imprudencial (un asesinato imprudencial, pero asesinato al final de cuentas), cuya víctima tuvo la mala suerte de cruzarse en el camino de un miserable borrachales.
Tras ocurrir el accidente rumbo a Boca de Pascuales, Tecomán, donde estuvo presente el padre del irresponsable ebrio, como por arte de magia desapareció la evidencia que lo involucraba. Estaba todo a su favor: las autoridades de vialidad de la administración municipal actual son del mismo partido. Y cuando la versión de los hechos era ya del dominio público, el sinvergüenza tribuno usó la retórica de los vencedores y pidió, en un claro ejemplo de cinismo, que “se emitan las acciones pertinentes hacia los presuntos implicados y se atienda conforme a la ley la reparación del daño de las víctimas”. Los dichos del diputado son cínicos, pero al mismo tiempo se burla del dolor ajeno.
Lo prueba lo escrito por la viuda del taxista muerto por culpa del hijo del diputado Reyna Magaña, cuando ella sostiene en su cuenta de Facebook lo que sigue a continuación (corregí la redacción y sintaxis del texto original para que sea más legible, pero permaneciendo intacto su esencia): “Armando: espero (que) este comentario no lo borres como todo lo que he hecho.
Soy la esposa del taxista Carlos Castillo. Gracias por tus condolencias después de 6 días, cuando me las pudiste dar en el lugar de los hechos, porque los 3 sabemos que tú estuviste en el lugar del accidente. Tus palabras suenan muy bonitas y antes de eso yo hasta las creía. Hoy me doy cuenta de la clase de ser humano que eres, y podrás limpiar la imagen de tu hijo con el dinero y poder que tienes, (pero) tus valores y todo lo que presumes dejan mucho que decir con las acciones que hiciste ese día.
Yo estuve en el lugar de los hechos y tú sabes que te llevaste a tu hijo; pero, bueno, mi palabra no tiene valor $$$ y la tuya sí. Y sé que no habrá justicia: eso me queda claro. Tú sabes que desde el primer día tú sobornaste a los policías, limpiando el nombre de tu hijo; ¿sabes cuántas irregularidades hay en el expediente? Gracias a ti sólo se habla de mi esposo y de tu hijo, curiosamente, no (se) dice palabra alguna. Practicaste muy bien tu discurso, pero tu hijo es el que tiene que hablar, no tú. Espero puedas dormir.
Descansa. Cuando tu hijo choca, ¿dices que te das cuenta a la semana?” Un madrazo en el hocico del diputado Reyna Magaña, presidente de la Junta de Gobierno de la LX Legislatura local, no pudo haber sido más contundente que el texto de esta pobre viuda.
2Bibiano Moreno y 1 persona más