La empresa paramunicipal Ciapacov siempre ha sido la caja chica del gobernador del estado en funciones, así como lo es la Capdam del Ayuntamiento porteño y lo es la Comapat en Tecomán. Eso es algo que, por sabido, se calla. Por ello, a ese organismo operador de agua y alcantarillado generalmente llega no un funcionario capaz y con conocimientos técnicos del área, sino un compinche y socio de corruptelas.

Así, salvo contadas excepciones en los que sí ha habido en el cargo gente capaz y con vocación de servicio, la instancia sirve para los intereses políticos del gobernante en turno. En la administración estatal actual, encabezada por la #GobernadoraAltozano, las cosas siguen el mismo patrón de anteriores gobiernos prianistas.

Así, la titular del Ejecutivo busca en el director de la Ciapacov un cómplice que se encargue de la caja chica, no uno que atienda los problemas que enfrenta la población en esa materia en los municipios de Colima y de Villa de Álvarez. Por esa razón, pues, fue que Indira Vizcaíno Silva maniobró para que se quedara de manera definitiva el porro Vladimir Parra Barragán, quien durante casi un semestre se desempeñó en el cargo de manera provisional. Imposible encontrar una mejor opción para la Ciapacov que el filósofo Vladimir.

El refrán es muy sabio cuando dice: “Dios los hace y ellos se juntan”. No podía ser de otra manera: la Indi y su contlapache son uña y mugre, sobre todo en lo que es su mayor interés, pues hace poco estuvieron envueltos en escándalos de corrupción que, pese a ser denunciados, no causaron ningún efecto para que ambos lograran sus aviesos fines. Y si bien el porro Vladimir Parra no logró la diputación federal por el primer distrito, alcanzó un cargo mejor en el que permanecerá, si no sucede otra cosa, hasta que concluya el indirato.

Los dos personajes, Indira Vizcaíno y Vladimir Parra, son corruptos; por tanto, es tan natural, como a que al día le sigue la noche, que en la Ciapacov quedara al frente un incondicional a toda prueba. Si ya antes habían hecho los grandes negocios, cuando una era la súper delegada de programas federales en Colima y el otro era diputado de la 59 Legislatura local, ¿por qué no ahora que hay manera de meter mano y sacar una mayor tajada? No hay que olvidarlo: la Ciapacov es la caja chica del gobierno en turno, pues de ahí sale para dar cabida a los amigos sin empleo, para campañas políticas y más.

El antecedente en el que ambos participaron juntos no nos deja lugar a dudas de lo que se viene a futuro. Hay que recordar el mal manejo que el porro Parra hizo con el programa jóvenes construyendo el futuro (de Vladimir, cabe agregar), ante la mirada complaciente de la súper delegada, en el que se echó mano de cientos de miles de pesos con unos muchachos perdidos que nunca aparecieron en el programa que es emblema cuatrotero. La denuncia fue hecha, en su oportunidad, por el tribuno Carlos César Farías Ramos. El mismo diputado dio a conocer que el corrupto Vladimir Parra se embolsó poco más de medio millón de pesos por el pago que se dio a sí mismo por presidir la entonces Comisión de Gobierno Interno, cuando esa comisión no era legislativa, sino administrativa.

Aclaremos: ese tipo de comisión no debe generar ganancia extra, pues el hecho de disponer del presupuesto del Poder Legislativo local ya es suficiente como para que, encima, se tenga que cobrar por tal honor. En realidad, de lo que se trataba era de exprimir lo más posible a la posición, pensando no en el pueblo, sino en los intereses propios. No hay que olvidar que el muy cínico, en campaña, ofreció bajarse el suelo, pero a la postre se lo aumentó. Lo peor no es que a Vladimir Parra lo haya denunciado un diputado que, en los hechos, pertenece a un partido que es aliado de Morena (el PT), sino que también lo hayan hecho del mismo partido de los nuevos ricos.

Así, por ejemplo, la que era presidenta de la Asociación de Fundadores de Morena, Graciela Velasco Romero, dio a conocer 10 contratos firmados por Indira Vizcaíno en los que se integra a familiares del recién ratificado director de Ciapacov a programas de bienestar que la entonces súper delegada coordinaba, lo que es una clara muestra de corrupción de ambos políticos.

Los nombres de los contratados son 10 en total, pero los familiares directos de Vladimir Parra son los tres angelitos que siguen a continuación: Saira Lizbeth Parra Jaime (prima), contratada para el programa de adultos mayores y con un sueldo de 10 mil pesos, si bien es cierto que manejaba las redes sociales del primo; Gibrán Parra Barragán (hermano), quien dobleteaba con un contrato de 8 mil pesos por una actividad, pero también para el programa de adultos mayores, así como Monserrat Parra Jaime (prima), contratada para las mismas actividades que los anteriores. O sea: ellos comandaban los bots y trolls de Parra.

En un video que circula en redes sociales, cuando era diputado local, Vladimir prácticamente se define a sí mismo cuando habla de Nico Contreras Cortés, que aspiraba a dirigir la Ciapacov y era propuesto por su amigo Nachito Peralta, pues argumenta que en el cargo se ocupaba un perfil técnico y que el candidato había sido reprobado en las urnas. Bueno, el cinicazo filósofo tampoco tiene el perfil técnico e, igualmente, fue reprobado en las urnas, pero muy ufano se prepara ahora para seguir mamando del erario público los siguientes seis años.

La corrupción de la Gobernadora Altozano y del ratificado director de Ciapacov los hermana. Hoy, pues, Vladimir Parra cobra 110 mil pesos mensuales por estar al frente de la paramunicipal, por lo que no extrañará el jugoso sueldo que recibía cuando era diputado de la 59 Legislatura local, pero tampoco lo que recibiría como diputado federal que no fue, aunque sólo sería por tres años. En su nuevo cargo, sin embargo, se echará el sexenio completo. Así, si hay alguien más feliz en esta vida, ese es el porro Parra, que grita fuerte y claro: ¡No te acabes, Indira.

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