El brutal y artero asesinato del diputado Roberto Chapula de la Mora deja un tanto desprotegido al bloque opositor de la LX Legislatura local, integrado por PRI, PAN, PVEM y PES, pues su liderazgo al interior era indiscutible; a menos, claro, que los que le sobreviven se crezcan al castigo y, en honor al que fue un implacable crítico de los morenacos en Colima, por fin les caiga el veinte y le arrebaten la mayoría a Morena y manden a volar a la presidenta de la Junta de Gobierno, la mezquina Viridiana Valencia Vargas.

La alevosa muerte del tribuno del PVEM sirvió para exhibir a los integrantes del chiquigabinete de vacilada del indirato, apresurándose a pedir no politizar la violencia, un tema en el que resultan reprobados, como si todos ellos no hubieran sido unos carroñeros toda su miserable vida en los tiempos en los que fueron oposición y en los que nunca soñaron con llegar a tener el poder, así haya sido a la mala.

Así, si alguien era bueno para reclamar y culpar al gobierno de todo lo malo que ocurría, ese era el chairo promedio. Hoy, sin embargo, cuando por fin están en el poder y no saben ni pelar un chango a nalgadas, los morenacos se ponen solemnes en su petición, casi exigencia, de no politizar el asesinato de un legislador, algo de suyo politizado por todas las implicaciones que derivan del asesinato del integrante de uno de los tres Poderes constitucionales.

Así, en una nueva versión del grupo Sabiduría y Experiencia, los integrantes del chiquigabinete de 50 pesos saltaron de inmediato para arropar a su jefa, la inepta Gobernadora Altozano, sabedores de que es principal responsable de la violencia que impera en la entidad.

Los funcionarios del Gobierno del Estado, inútiles floreros que no sirven para nada, no son los únicos que brincaron de sus asientos para salir en defensa de la indefendible Indira Vizcaíno Silva: también lo hicieron de la bancada de Morena en la LX Legislatura local, actitud hipócrita viniendo de ese grupo parlamentario, que se negó a llamar a la #GobernadoraAltozano para aclarar lo de las matanzas que se desbordaron desde fines de enero del presen te año.

Uno de los que más insistió en la comparecencia fue Chapula de la Mora, quien, irónicamente, resultó víctima de esa misma violencia que le preocupaba. Por cierto, se trata de la misma fracción que detenta el poder en el Legislativo local y que trata de blindar a toda costa a su gobernadora, al pretender hacer efectiva la figura de revocación de mandato hasta después del 2027, cuando la Indi ya haya concluido su desastroso sexenio y se encuentre a salvo en alguna embajada o en el consulado de, por ejemplo, la tribu de los yanomami de la selva amazónica. O sea: está bien la revocación de mandato, pero en los bueyes de mi compadre. O bien: el que venga atrás que arree.

Así, pues, ante la gandallez. el golpe bajo y el descontón, características de los que integran la bancada de Morena y sus paleros del PT y del Panal, es necesario que el bloque opositor se ponga las pilas y dé un manotazo en la LX Legislatura para honrar la memoria del que fuera impunemente asesinado afuera de su casa, quien enfrentó con decisión a los nuevos ricos de la política durante el semestre en el que fue un brillante tribuno.

Si no por dignidad, al menos que sea por su compañero, a fin de que el sacrificio no sea en vano. A ver: ¿cuántos diputados les hacen falta para quitarle la mayoría simple a la bancada de Morena y sus compinches? Bueno, si la que supla a Chapula de la Mora se mantiene en la misma línea, con uno es suficiente, pero dos serían más que excelentes.

Por tanto, el balón se encuentra en la cancha de los diputados del Movimiento Ciudadano (MC), Glenda Ochoa e Ignacio Vizcaíno Ramírez, cuyos correligionarios federales son acusados de “traición a la patria” por la maquinaria morenaca, misma a la que aquí sirven incondicionalmente.

Y no me vayan a salir con la payasada que es para mantener “la gobernabilidad” en Colima, como lo repite el cínico Locho Morán Sánchez, pues los tribunos son libres de hacer lo que se les dé la gana, como ya ocurrió con una diputada del MC que se alió con los panistas hace dos Legislaturas, sin que su “líder moral” le llamara la atención en algún momento.

La gobernabilidad, diputados Glenda e Ignacio, no es mantenerse como lacayos de la Viri Valencia y de la Gobernadora Altozano, sino conformando un real contrapeso. Ese contrapeso se dará cuando el Legislativo deje de ser subordinado del Ejecutivo. En fin: si no se engulle el bloque opositor a la mayoría que mantienen Morena y sus contlapaches en la LX Legislatura local, será Morena y sus contlapaches los que se engullan al bloque opositor. Así de simple.

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11Bibiano Moreno y 10 personas más5 comentarios18 veces compartidoMe gustaComentarCompartir

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