*Las vacunas han sido una de las herramientas de la salud pública que más vidas ha salvado desde su desarrollo


De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la vacunación es una forma sencilla, inocua y eficaz de protegerse específicamente contra algunas enfermedades transmisibles antes de entrar en contacto con ellas, activa las defensas naturales del organismo para resistir infecciones específicas y fortalezcan el sistema inmunitario.

En ese sentido el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Colima hace hincapié en la aplicación de la vacuna contra la COVID-19, ya que permite reducir el riesgo de enfermar de forma grave o morir por esta causa. 

Existen varias teorías acerca de la vacunación contra la COVID-19, sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y autoridades expertas en salud de todo el mundo recomiendan a la población a vacunarse como estrategia altamente eficaz y segura para alcanzar el control epidemiológico de la enfermedad. Cuanto antes se consiga la inmunización, más rápido se logrará frenar la expansión de la enfermedad.

La vacuna contra el SARS-CoV-2 ha sido aprobada por situación de emergencia para su uso en humanos mediante ensayos clínicos en los que son sometidos a análisis rigurosos de eficacia y seguridad, además de que permanecen en evaluación constante durante su uso.

De manera preferente, toda la población con mayor riesgo debe estar vacunada a fin de salvar vidas, interrumpir la transmisión del virus o disminuir impactos negativos de la pandemia, así como los efectos indirectos sobre el funcionamiento de los servicios esenciales en la sociedad.

Las vacunas han demostrado ser eficaces y seguras para prevenir la enfermedad severa. Esta protección es igualmente importante, ya que previenen en la mayoría de las personas vacunadas y posteriormente expuestas al virus sin ingresar a los hospitales y de la muerte.

Las personas vacunadas con esquema completo que se infectan tienen menos probabilidades de desarrollar enfermedades graves que aquellas que no están vacunadas completamente y contraen la COVID-19.

El objetivo de las vacunas contra el SARS-CoV-2 es generar una respuesta inmunológica que produzca anticuerpos capaces de neutralizar al virus, así como generar una respuesta de memoria en la inmunidad celular, es decir, que el sistema inmune reconozca al virus en el caso de exponerse al mismo y se genere una rápida respuesta para evitar que el virus invada y produzca la enfermedad grave.

Todas intervención en salud implica la probabilidad de presentar efectos adversos, en el caso de las vacunas contra el SARS-CoV-2 los Evento Supuestamente Atribuibles a la Vacunación o Inmunización (ESAVI) reportados con cierta frecuencia son: dolor en el lugar de la inyección, fatiga, dolor de cabeza, dolor muscular, escalofríos o fiebre. Sin embargo la posibilidad de presentar estas molestias sobrepasa el beneficio de enfermar y desarrollar la COVID-19 grave.

Es importante remarcar que las vacunas no evitan el contagio, evitan que aquellos individuos que se contagien desarrollen la enfermedad o evolucionen a una enfermedad grave, por lo que se deben continuar con las medidas de higiene de manos, uso del cubrebocas y la sana distancia.

Vacunarse es un acto de solidaridad y responsabilidad comunitaria para resolver un problema global, contribuye de forma sustancial en la pandemia. Al vacunarse uno mismo también protege de manera indirecta a las personas que lo rodean. 

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