Para la morena políticamente alcaldesa de Manzanillo, Griselda Martínez M., la violencia imperante en el estado que tiene más recluidos en sus casas a los colimenses de lo que pudo hacerlo la pandemia del Covid 19, no inició el 1 de noviembre de 2021 con la asunción al poder estatal de la gobernadora Indira Vizcaíno Silva, sino mucho antes. ¿Qué tanto? Porque ella lleva ya tres años y 4 meses al frente de la alcaldía porteña y lo único que ha hecho hasta ahora para sortearla es blindarse con vehículos especiales, traer día y noche una numerosa escolta de marinos armados hasta los dientes y pernoctar en los dormitorios de la Secretaría de Marina en el Puerto.
“Ni tardos ni perezosos ya salieron los responsables de la desgracia nacional, estatal y municipal. Sin tantita pena salen a reclamar por la cosecha de lo que sembraron a lo largo de tantos años”, vocifera la Gris en visceral respuesta a quienes han venido cuestionado la indiferencia y la permisividad que los tres niveles de gobierno de la 4T han mostrado ante la guerra que se traen los cárteles de la droga en Colima, pasando por alto que su líder moral, Andrés Manuel López Obrador, lleva ya en el cargo más de tres años sin poder todavía dar pie con bola, ni en seguridad ni en economía ni en salud ni en nada de nada.
“El pueblo colimote es un pueblo fuerte, así lo dice nuestra historia. Resistió terremotos, huracanes, erupciones volcánicas, invasiones, corrupción e impunidad. Vamos a salir juntas y juntos de esto, como siempre. No permitamos que el miedo venza a la esperanza. La paz es fruto de la justicia. El camino es el correcto. Respaldo absoluto e incondicional a nuestra gobernadora, licenciada Indira Vizcaíno Silva”, justificó con fenómenos naturales el descontrol de otro social de gran envergadura como lo es el de la incontrolada violencia en el estado, el fuereño Emiliano Zizumbo Quintanilla desde la seguridad de la oficina que ocupa como Subsecretario de Cultura del Gobierno del Estado.
Para la siempre ausente de Colima senadora de la República Gricelda Valencia De La Mora, “ante la crisis de inseguridad es tiempo de unidad, buscar responsables no es la solución. Los tres niveles de gobierno están obligados a brindar seguridad, tarea a la que también pueden contribuir los ciudadanos”, así debiera ser, pero la unidad que promueve su Mesías es la unidad en la total subordinación y entrega a sus ocurrencias, no tiene respeto por nadie. Llevan más de tres años culpando de todo al pasado prianista y el tiempo ya se les vino encima sin carnaval ni comparsa.
Para el Comité Ejecutivo Estatal de MORENA, “no es momento de lucrar políticamente con la incertidumbre de los colimenses”, como ellos llevan años haciéndolo, sino de celebrar y aplaudir la colaboración entre instituciones gubernamentales, políticas y sociales para garantizar la paz” Eso sí, “comparte la preocupación de los ciudadanos” convencido de que “el problema de inseguridad se debe atender con una visión de Estado, con acciones de coordinación interinstitucional y el involucramiento de la sociedad para dar soluciones sostenibles a largo plazo”, tan largo como otro sexenio presidencial más, por lo menos.
El estallamiento de la violencia criminal en el estado que inició con “el incidente” del Cereso de Colima y las insensatas declaraciones del secretario de Seguridad Pública del Gobierno del Estado, ha evidenciado las carencias y limitaciones de una administración estatal cuyas cabezas pensaron que gobernar a los colimenses era “un baile de satín”. Los titulares de la Secretaría General de Gobierno, Seguridad Pública y fiscalía general del Estado, entre otr@s han acreditado más que fehacientemente su total incompetencia.
Se dice que…
*Que se sepa, las primeras vacaciones de los actuales funcionarios empiezan a concederse a partir del mes de mayo de 2022. Sin embargo, hay algunos que, en medio de la escalada de violencia en el estado, decidieron irse a descansar a un lugar menos peligroso.
*No es lo mismo ser borracho que ser cantinero. Con la critica fundada parece ser que, quienes hoy están en el poder, no la aceptan y sólo se pretenden justificar con el pasado.